Por Álvaro de Benito
Travesía Cuatro, en su sede madrileña, acoge Las niñas del altiplano, una muestra que conforma un segundo capítulo de la primera individual que Donna Huanca (Chicago, Estados Unidos, 1980) realizó en este espacio. Si en Lengua de Bartolina Sisa (2017) la artista boliviano-estadounidense planteaba un personal homenaje a la heroína que lideró la revolución indígena contra el colonialismo en el siglo XVIII, con su propuesta más reciente se centra en el cuerpo y psique femeninos, buscando la reconstrucción en todos sus planos e instrumentalizando lo ritual para una reparación hacia el futuro.